martes, 14 de febrero de 2012

El Carnaval eterno.

A propósito de la vuelta de los Carnavales y sus típicos disfraces y máscaras, me vino a la cabeza una película cuyo título erróneamente traducido al castellano fue "Increíble, pero falso" (la traducción literal sería algo así como "La invención de la mentira").

Para el que no la haya visto, el argumento trata de cómo reacciona un hombre al adquirir la capacidad de mentir, viviendo en una civilización en la que nunca ha existido dicha capacidad, y siendo el único que la posee.

La película ciertamente puede gustarte o no, o incluso puede que te parezca una chorrada. Lo que no se puede negar es que sería sumamente interesante estudiar el desarrollo real de una sociedad con esas características. Una sociedad llena de versiones extremas de "Houses" y "Sherlocks".

¿Se extinguiría el ser humano en poco tiempo al no aguantarnos los unos a los otros, o sería una sociedad muchísimo más estable al crearse y mantenerse únicamente las relaciones (de cualquier tipo) auténticamente sinceras? ¿Es sólo una utopía más?

Ya sea por educación, cautela, timidez o instinto de supervivencia ("si yo no te hago daño, tú no me harás daño"), cuando conocemos a alguien en el trabajo, "amigos de" o parejas potenciales, tendemos a "disfrazar" nuestra verdadera personalidad y/o forma de pensar. La calidad y pomposidad del disfraz ya depende de cada uno.

No obstante, un leve acercamiento a aquella utópica sociedad lo vivimos bastante a menudo en la nuestra. A medida que cogemos confianza con la persona (va a ser verdad que la confianza da asco), nos vamos sintiendo más cómodos y vamos quitándonos prendas del disfraz. Y claro, a cada pieza, un trozo más de nuestro verdadero yo que la otra persona conoce.

Si la progresión pasa desapercibida, ¡enhorabuena!, eres un@ de l@s poquísim@s afortunad@s en conseguir una relación prácticamente perfecta. Si perteneces al otro 99% (aprox.), hay que decidir.

La decisión es clara: disfraz o relación. Y también está claro que está en función de lo que nos importa la relación.

En los próximos días vamos a ver muchos disfraces, pero para algunos, el Carnaval es eterno.